Nuestra llegada a Santiago fue más que el final de un camino. Supuso la
culminación de diez días de convivencia que a todos nos enriqueció como personas
y, por añadidura, como amigos y como familia.
Nuestro grupo, formado por cinco familias de Sevilla, Madrid y Palma del Río (Córdoba), decidió dedicar sus vacaciones a realizar el Camino de Santiago. Era un reto físico (114 kilómetros desde Sarria en diez días) pero también personal pues, como toda trayectoria, está llena de obstáculos y, para qué engañarnos, llevabamos a nuestros 16 hijos con edades comprendidas entre los 16 años y los 11 meses y eso suponía un plus de incertidumbre a la aventura que habiamos decidido emprender.
Una vez más, los niños nos dieron una lección pues, a pesar del cansancio, siempre sonreían y tenían voluntad para jugar y para seguir con el camino. ¿Cómo no seguir su ejemplo?
Nuestro grupo, formado por cinco familias de Sevilla, Madrid y Palma del Río (Córdoba), decidió dedicar sus vacaciones a realizar el Camino de Santiago. Era un reto físico (114 kilómetros desde Sarria en diez días) pero también personal pues, como toda trayectoria, está llena de obstáculos y, para qué engañarnos, llevabamos a nuestros 16 hijos con edades comprendidas entre los 16 años y los 11 meses y eso suponía un plus de incertidumbre a la aventura que habiamos decidido emprender.
Una vez más, los niños nos dieron una lección pues, a pesar del cansancio, siempre sonreían y tenían voluntad para jugar y para seguir con el camino. ¿Cómo no seguir su ejemplo?
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Lo grandes peregrinos del Camino:
Un ejemplo de tesón y de organización. Mis felicitaciones