"No será posible la paz universal si no hay hombres de paz que encarnen el ideal de paz que Jesús ha traído a los hombres"
Estas palabras de D. Julián, arzobispo de Santiago, se escucharon el sábado en la noche, en la Catedral donde se reunieron más de 500 diocesanos y peregrinos que se acercaron a vivir la Vigilia por la Paz. Fue hora y media de encuentro intenso con el Dios de la Paz.
La Palabra de Dios resonó en todos los idiomas y la universalidad de esa noche, en la que la Iglesia entera estaba reunida pidiendo a Dios la Paz para el mundo, se vivió en cada minuto de silencio, canto y escucha: : “No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra” (Is 2, 4)
El encuentro de oración dio comienzo con el rezo del Rosario, entregando a María, Reina de la Paz, el sufrimiento, dolor y desgarro de las vidas de millones de personas que por en el mundo entero son víctimas del sin sentido de la guerra.
“Todo hombre puede ser un hijo de la paz y contribuir a la paz universal. Miles de personas sin paz no pueden formar una humanidad en paz como millones de gotas de agua contaminada no pueden hacer un mar limpio. La paz es Cristo mismo que debemos tener en nuestro interior” -exhortó D. Julián- y continuó: “No habrá paz sin justicia y esta supone promover el bien común de la humanidad tanto en el aspecto humano como en el espiritual, viviendo con el espíritu de la caridad”.
Fotos: Miguel Castaño