A Santiago llegan todos los días peregrinos a los que no les acompaña la salud del cuerpo, y sin embargo a veces realizan grandes trayectos del Camino hasta Santiago.
¿Qué les mueve a superar la enfermedad que debilita su cuerpo y realizar un esfuerzo físico a veces difícil incluso para las personas con salud? Cada peregrino tendrá una razón, una motivación, pero en todos ellos vive la “Esperanza”.
Esperanza a que uno mejorará; Esperanza a recibir fuerzas; Esperanza a ser iluminado; a cambiar, a superarse, a abrir los ojos de una manera nueva… ¡Esperanza a que Santiago Apóstol intercederá por nosotros!
Águeda es una peregrina con una gran Esperanza, Esperanza que no solamente tiene ella sino su familia. Esperanza que les ha movido a sacar adelante el proyecto: "Camino Por los que no pueden". Cada peregrino camina “apadrinando” a un enfermo de ELA, enfermedad que Águeda también padece y que sorprendentemente ha servido para potenciar la solidaridad de toda su familia ante los demás enfermos.
Este año han sido tres los grupos de peregrinos que han llegado a Santiago haciendo el Camino también por un enfermo de ELA, y en este último grupo hemos podido conocer a Águeda, a la que hemos pedido que nos dejara su testimonio:
Hacer el Camino de Santiago con El Camino en Familia es una experiencia única ya que te da la oportunidad de peregrinar a Santiago y hacerlo rodeado de las personas que más quieres. Hay tiempo para juegos, cantos, reflexión, oración y para conversar sobre tantas cosas a las que es difícil prestar atención en las circunstancias del día a día.
Para mí esta vez ha sido la 4ª que recorro los últimos 100 km desde que me diagnosticaron Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Yo aún puedo caminar, pero muchísimos enfermos de ELA están atrapados en sus cuerpos y en sus aparatosas sillas de ruedas y no pueden hacer el Camino. El proyecto "Camino por los que no pueden" de El Camino en Familia me ha dado la oportunidad de llevar conmigo a otra enferma de ELA, Isabel, y sentir que su apoyo y oración me daban ánimos y fuerza. Los niños que caminan junto con un apadrinado de ELA experimentan algo que muy pocos niños hoy en día viven: se esfuerzan con generosidad por personas que ni siquiera conocen; auténtica caridad. Y hablo de niños de todas las edades, desde 5 años hasta adolescentes. Con este proyecto también se logra que los enfermos conozcan por dónde van nuestros pasos, compartimos con ellos las fotos e intercambiamos mensajes de apoyo y de agradecimiento.
Es en todos los sentidos una experiencia enriquecedora y profunda que culmina con el encuentro con Santiago, ejemplo y aliento para el camino de la vida.Águeda Rey
Enferma de ELA
Para mí esta vez ha sido la 4ª que recorro los últimos 100 km desde que me diagnosticaron Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Yo aún puedo caminar, pero muchísimos enfermos de ELA están atrapados en sus cuerpos y en sus aparatosas sillas de ruedas y no pueden hacer el Camino. El proyecto "Camino por los que no pueden" de El Camino en Familia me ha dado la oportunidad de llevar conmigo a otra enferma de ELA, Isabel, y sentir que su apoyo y oración me daban ánimos y fuerza. Los niños que caminan junto con un apadrinado de ELA experimentan algo que muy pocos niños hoy en día viven: se esfuerzan con generosidad por personas que ni siquiera conocen; auténtica caridad. Y hablo de niños de todas las edades, desde 5 años hasta adolescentes. Con este proyecto también se logra que los enfermos conozcan por dónde van nuestros pasos, compartimos con ellos las fotos e intercambiamos mensajes de apoyo y de agradecimiento.
Es en todos los sentidos una experiencia enriquecedora y profunda que culmina con el encuentro con Santiago, ejemplo y aliento para el camino de la vida.Águeda Rey
Enferma de ELA