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Santiago celebra el 25 aniversario del Camino de Santiago como primer itinerario europeo

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Inma Tamayo

Foto: Xoán A. Soler
Un acto institucional con la presencia de numerosas autoridades, entre ellas el presidente de la Xunta en funciones, Alberto Núñez Feijoo, así como una suelta de palomas por escolares han celebrado ayer el 25 aniversario de la declaración del Camino de Santiago como primer itinerario cultural por el Consejo de Europa.
 
Al acto, celebrado parcialmente en el interior del Ayuntamiento ante la amenaza de lluvia, y que luego concluyó en la plaza del Obradoiro, donde se soltaron las palomas y se escuchó el himno de Europa, han asistido, entre otros, el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjørn Jagland, y Marcelino Oreja, antecesor en el cargo y artífice de aquel reconocimiento europeo para la ruta compostelana.
 
Han acudido también los expresidentes de la Xunta Gerardo Fernández Albor (PP) y Fernando González Laxe (PSdeG), así como el delegado del Gobierno, Samuel Juárez, o la presidenta del Parlamento gallego, Pilar Rojo, además del alcalde compostelano, Angel Currás, y el exalcalde Xerardo Estévez, que ocupaba el cargo hace 25 años.
 
En su discurso en este acto, precedido por una peregrinación simbólica de un pequeño tramo, el secretario general del Consejo de Europa ha destacado que la declaración de Santiago como itinerario cultural fue «el punto de partida de la gran aventura que llegaría a inspirar el programa» de rutas culturales europeas.
 
De hecho, un cuarto de siglo más tarde existen 24 rutas culturales europeas, de las que mencionado su «diversidad, color, profundidad y origen». Todas ellas, ha sostenido, «están arraigadas en la idea que ha sido trasladada con tanto éxito a la realidad por los caminos de Santiago: que la historia y la cultura europeas son parte viva de nuestro patrimonio» y revelan que la «coexistencia pacífica es posible a través de la colaboración cultural». Ha agregado que el Consejo de Europa eligió la peregrinación al santuario del Apóstol por entender que la ruta «significaba la unificación europea».
 
Mientras, el alcalde compostelano ha puesto la plaza del Obradoiro y la ciudad de Santiago «a disposición del Consejo de Europa, a disposición de todos aquellos que quieran pensar y repensar Europa, que quieran sentir Europa y que quieran soñar Europa».
Currás ha recordado que en la plaza «desemboca un camino» y «con cierta pasión jacobea o con un justificado chovinismo compostelano» también termina allí «el camino europeo por antonomasia».
 
Para concluir, Ángel Currás ha señalado que en el Obradoiro resuenan diariamente voces e idiomas diversos, que no solo recuerdan la existencia de una cultura diversa, sino la existencia de una cultura común europea «entendida como un modo particularmente civilizado de entender la vida».

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