Santiago es nuestra manera actual de decir. Antiguamente se
le nombraba “Sant’iago” o “San Jacob”.
“Iago” es una derivación del nombre griego con que se le
nombra en el Nuevo Testamento: “Iacobos”. Y este nombre griego a su vez se
deriva del hebreo “Iacob”, como el patriarca Jacob.
El nombre hebreo es tan arcaico que su etimología es
incierta. Debería provenir de “Ya’Aqobel” (que Dios proteja); pero este nombre se ha perdido y el Antiguo Testamento aporta dos diferentes interpretaciones
según las leyendas del personaje patriarcal:
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“el que suplanta” a su hermano Esaú (de ‘aqab,
suplantar) Gen 27, 38
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“el que ase el talón” de su hermano Esaú (de ‘aqeb,
talón) Gen 25, 26