Todos los que estamos en la Acogida en la Oficina del Peregrino vivimos muy a menudo el honor de compartir las intensas emociones que muchos de vosotros mostráis al llegar a Santiago. Digo honor, porque lo es. Estar presentes en ese momento en que rompéis a llorar y todo lo vivido sale afuera, es para nosotros un lujo. La llegada siempre es el premio a todos vuestros esfuerzos, soledades, dificultades, sorpresas que lleváis días viviendo en el Camino. ¡Lo habéis conseguido!
El pasado miércoles, 14 de noviembre, hemos tenido el honor de recibir a Álvaro. Luis y Álvaro son compañeros pero decidieron hacer el Camino solos. Han querido intensificar en la soledad sus propias búsquedas. Luis llegó dos días antes y esperó a Álvaro a su llegada.
Álvaro nos decía: “El Camino te abre a liberarte de prejuicios y ataduras”. Le tocó profundamente leer esto: “Un Camino, una vida, una historia que caminar y vivir”.
Felicidades a los dos, ha sido un honor acogeros y compartir con vosotros la llegada a Santiago!!!
Llegar a Santiago, sacar por última vez la cuidada credencial, ver todos esos sellos, lo que supone cada uno de ellos.... me quedé en blanco y dejé aflorar lo que sentía; empecé a llorar de tal modo que tuve que dejar toda la "gestión" a mi marido, un poco apurada por la escena. Gracias por entendernos