La revista diocesana, 'Barca de Santiago' ha publicado en su último número un artículo escrito por D. Jenaro Cebrián, nuestro Delegado pastoral de peregrinaciones. Lo publicamos en este blog porque estamos seguro que tiene interés para todos vosotros que queréis acercaros cada vez más a la figura de Santiago Apóstol
La Tradición
Jacobea conserva viva la “Memoria”
de la presencia del Apóstol Santiago y de la permanencia de sus restos en el
Mausoleo del siglo I, cedido para su enterramiento por Atia, una vez que los discípulos
realizaron la “Traslatio” de sus restos desde el puerto de Joppe hasta el
puerto de Iria, sito en la actual Pontecesures, y de allí a la actual
Compostela. Herodes mandó decapitar a Santiago en Jerusalén, según consta en el
relato de los Hechos de los Apóstoles (Hech 12, 1-2).
La tradición
Jacobea arranca de un hecho primordial: la predicación del Apóstol Santiago en
España, cumpliendo el mandato del Señor, después de la Ascensión: “Id por todo
el mundo, proclamad la Buena Noticia a todas las gentes hasta los confines de
la tierra” (Lc 16, 15; 20). Unos años después de la muerte de Jesús, con un
grupo de jóvenes discípulos, el Apóstol Santiago, emprendió un largo viaje a tierras de España, donde fue el
primero que dio la gran noticia: “Dios se ha hecho presente entre nosotros en
Jesús de Nazaret, mostrando su debilidad ante la libertad humana, siendo
víctima del egoísmo de los hombres, pero… ¡ha resucitado! ¡Ya no es la muerte
nuestro destino! Ya podemos ser felices, porque ya sabemos que nuestra felicidad
es el amor -como lo experimentan tantos peregrinos en el camino de Santiago-.
Jesús, el Hijo de Dios, es el Camino, la Verdad y la Vida.” Esta gran noticia
es la que el Apóstol Santiago sigue proclamando desde su sepulcro desde hace
dos mil años.
Por eso Santiago,
junto a Jerusalén y Roma, es uno de los tres centros de las llamadas
“Peregrinaciones Mayores” de la cristiandad. En las tres se peregrina a las
“raíces de la Fe”: la Tumba del Apóstol Santiago, la Sede de los Apóstoles -Pedro
y Pablo- y la Tierra de Jesús.
Es natural
que Santiago sea un centro especial de Peregrinación en el Año de la Fe que estamos celebrando. Así viene sucediendo desde el
descubrimiento del Sepulcro del Apóstol, en la primera mitad del siglo IX, por
el Obispo de Iria, Teodomiro
La noticia
de que en esta tierra hispana habían aparecido nada menos que los restos del
Apóstol Santiago, dio ocasión a los europeos de tomar partido por la herencia
del Apóstol, a quien se tenía como el evangelizador de las regiones
occidentales. Este esfuerzo por manifestar la fidelidad a la herencia
apostólica -Jesús y su invitación al compromiso con el Reino de Dios- dio
origen al Camino de Santiago, que surge bajo las plantas de los peregrinos,
aprovechando las viejas calzadas romanas.
Dentro de
este Año de la Fe, coincide la celebración de un Año conmemorativo de la “Inventio” (el hallazgo) del Sepulcro del Apóstol. Coincidencia
que es un estímulo y una gran ocasión para organizar peregrinaciones a Santiago
desde las diócesis y parroquias que tienen como patrono al Apóstol, al igual
que desde las Hermandades, Cofradías y Asociaciones Jacobeas. Se está
trabajando en esa dirección y, con la protección e intercesión del Apóstol
Santiago, el 2013 va a ser un año de numerosas peregrinaciones.
Esta
coincidencia del Año de la Fe y del Año conmemorativo del Hallazgo de los
restos del Apóstol va a producir abundantes frutos en la reafirmación en la Fe
y revitalización de su vida cristiana en cuantos peregrinen a Santiago durante
el 2013.
D. Jenaro Cebrián
Canónigo de la Catedral de Santiago
Delegado
pastoral de Peregrinaciones